Comentario de Nancy Calderón Huaringa

La educación es un elemento clave para la continuidad del tipo de racismo que tenemos ya que la educación pública continua funcionando en condiciones deplorables para la mayoría de la población provinciana, hijos y descendientes porque se les ha impuesto el mito de la inferioridad bajo el concepto de brutos, ignorantes y ociosos no considerándolos privilegiados para una educación conceptualmente completa.

También la educación permite mantener a una población sumergido en una precaria evolución en aspectos básicos para un desarrollo dignamente social. De esto se basan los gobiernos para mantener una hegemonía sobre la población, política y socialmente. Es decir la buena voluntad de los gobiernos siempre va faltar porque saben las consecuencias que se pueden dar con una nación altamente culturizada.

No solo la pobre calidad educativa es un factor para la continuación de una ideología racista sino la misma ideología cultural de origen de cada uno de ellos a través del tiempo como forma de vida donde se supone que una persona nace en una condición y debe morir en la misma condición.

Con una buena educación lo que se debe buscar es la concientización de que el individuo como ser social puede y debe ser parte de su entorno en igual de condiciones y con las mismas probabilidades de progresar económica personal y socialmente.

El racismo creo es parte de nuestra historia conformada por injusticias y desigualdades y esto con una debida orientación (educación) debería de empezar a cambiar dejando de lado la envidia, resentimiento, inferioridad que sienten los discriminados y el miedo a una amenaza a perturbar un status social de los discriminadores. De este modo dejaríamos de presenciar en la vida cotidiana en nuestras ciudades los insultos racistas predilectos como chunchas, cholas, zambas, serranos con el propósito de herirlos en su vanidad ya que dichos apelativos van con sentido de insulto.

Tenemos que trabajar ante una inestabilidad en nuestra cultura peruana y creo es una tarea no de uno sino de todos los involucrados en la educación.