viernes, 5 de junio de 2009

Comentario sobre las Venas Abiertas de América Latina

La lectura de “Las Venas Abiertas de América Latina” ha contribuido en tener una visión más objetiva de la realidad latinoamericana, a partir de su historia precolombina, colonial y republicana. La raíz de la corrupción, el origen de la pobreza, las desigualdades sociales y el establecimiento de políticas económicas deficientes, son situaciones en las que han estado involucradas directa, o indirectamente, antiguas naciones colonialistas, así como los Estados Unidos de América, movidos por intereses económicos. Conocer nuestra historia es comprometerse con nuestro legado, nuestra cultura, nuestro patrimonio. La obra crítica de Eduardo Galeano, ayuda a comprendernos y reconocernos como latinoamericanos, herederos de culturas milenarias, de múltiples sincretismos, de riquezas naturales aún explotadas; herederos también de los errores de nuestros antepasados. Somos todas las sangres que corren por las venas aún abiertas de nuestra América Latina, venas que deben ser curadas desde adentro, por nosotros mismos.

La relación del libro citado con el curso de patrimonio radica en el sentido de identidad latinoamericana que expresa. Una identidad compleja, planteada a partir de su enrevesada historia. Una identidad con múltiples aristas que nos llevan a cuestionar el concepto de patrimonio. ¿Lo que es considerado patrimonio para unos, lo será para otros? Para el hombre andino, el denominado “Patrimonio Arqueológico” ( huacas, fardos funerarios, cerámicas, etc. ) identifica directamente su herencia ancestral; sin embargo, el “Patrimonio Histórico” ( iglesias, casonas, monumentos, etc. ) representa la cruenta hazaña de conquistadores sanguinarios que saquearon su cultura y lo despojaron de su patrimonio original. Es innegable que nuestras sociedades latinoamericanas se rigen a partir de una perspectiva occidental, cada vez más enraizada en función de la globalización. Pero para curar las venas de América Latina debemos revalorar las culturas de origen, más allá de los límites de la miopía folclórica.

Elaborado por: Alexis Linares Pérez